Tratamiento del hígado graso

Teresa Davidson y Catherine Evans hablan con el equipo de trasplantes de UC Health.La Fundación Americana del Hígado, en colaboración con el departamento de trasplantes de UC Health, le invita a un panel de preguntas a los expertos. Este programa educativo invita a los pacientes, cuidadores y a cualquier persona interesada en los trasplantes de hígado a aprender sobre la dieta/nutrición hepática, el uso de medicamentos, …

Si usted es un paciente de hígado, su dieta se ajusta para satisfacer sus necesidades individuales. Hable con su médico sobre lo que es mejor para usted. Aun así, aquí tienes algunos consejos generales de alimentación para tener un hígado sano o saludable:

Es cierto. Aunque no puedas verlo escondido bajo tu caja torácica, si tu hígado pudiera hablarte, te diría: “Estoy trabajando duro, haciendo todo lo posible para procesar lo que comes y bebes en energía y nutrientes. Oye, ¡también soy tu filtro! Intento eliminar las sustancias nocivas de tu sangre. Así que, ¿no me ayudarás al menos?”.

Si llevas una dieta saludable, tu hígado te “dice” que estás haciendo un gran trabajo. Recibe el mensaje porque su hígado es capaz de funcionar correctamente y, siempre que su salud general sea buena, se siente en gran forma física.

Bueno para el hígado

La enfermedad del hígado graso se caracteriza por la presencia de cantidades anormales de grasa en el hígado, lo que se denomina esteatosis. Si tiene grasa en el hígado pero no hay ningún otro daño, se cree que padece una enfermedad del hígado graso no alcohólico (HGNA).  Si no se trata, puede producirse una inflamación y un daño en las células del hígado, causando una enfermedad llamada esteatohepatitis no alcohólica (EHNA). La EHNA está asociada a la cirrosis, la enfermedad hepática terminal y el trasplante de hígado, y suele estar relacionada con enfermedades cardiovasculares.

Los cambios dietéticos que inducen la pérdida de peso y la adición de alimentos densos en nutrientes y repletos de antioxidantes, como las frutas y las verduras, pueden revertir o prevenir la progresión de la enfermedad. También es importante limitar los carbohidratos refinados, los azúcares simples, los alimentos fritos, los alimentos procesados y los alimentos con alto contenido en grasas saturadas.

La pérdida de peso, especialmente en el tejido abdominal o adiposo, puede ayudar a reducir la grasa en el hígado. Dado que la enfermedad del hígado graso suele estar asociada a la obesidad, la resistencia a la insulina, el síndrome metabólico y un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, la pérdida de peso es uno de los objetivos principales, y la dieta puede ayudar a conseguirlo.

Hígado azucarado

Los alimentos con mucha fibra pueden ayudar a tu hígado a trabajar de forma óptima. ¿Quieres uno que sea una buena forma de empezar el día? Prueba los copos de avena. Las investigaciones demuestran que puede ayudarte a eliminar algunos kilos de más y la grasa del vientre, lo que es una buena forma de mantener alejadas las enfermedades del hígado.

Las patatas fritas y las hamburguesas son una mala elección para mantener el hígado sano. Comer demasiados alimentos con alto contenido en grasas saturadas puede dificultar el trabajo del hígado. Con el tiempo, puede provocar una inflamación que, a su vez, podría causar una cicatrización del hígado que se conoce como cirrosis. Así que la próxima vez que estés en la cola del autoservicio, piensa en pedir una opción más saludable.

Añade muchas verduras a tu dieta si quieres mantener tu hígado sano. El brócoli puede formar parte de esta estrategia. Algunos estudios sugieren que este alimento crujiente puede ayudar a protegerte de la enfermedad del hígado graso no alcohólico. Si el brócoli al vapor te parece demasiado soso, haz una ensalada y mézclalo con almendras fileteadas, arándanos secos y una vinagreta ácida. También está delicioso asado con ajo y un chorrito de vinagre balsámico.

Hígado graso no alcohólico

Dado que la EHGNA no provoca síntomas en la mayoría de los casos, suele ser objeto de atención médica cuando las pruebas realizadas por otros motivos apuntan a un problema hepático. Esto puede ocurrir si su hígado tiene un aspecto inusual en la ecografía o si tiene una prueba de enzimas hepáticas anormal.

Si otras pruebas no son concluyentes, el médico puede recomendar un procedimiento para extraer una muestra de tejido del hígado (biopsia hepática). La muestra de tejido se examina en un laboratorio para buscar signos de inflamación y cicatrización.

La biopsia de hígado puede ser incómoda y conlleva pequeños riesgos que su médico revisará con usted en detalle. Este procedimiento se realiza mediante la inserción de una aguja a través de la pared abdominal hasta el hígado.

La primera línea de tratamiento suele ser la pérdida de peso mediante una combinación de dieta sana y ejercicio. La pérdida de peso aborda las condiciones que contribuyen a la NAFLD. Lo ideal es una pérdida del 10% del peso corporal, pero la mejora de los factores de riesgo puede ser evidente si se pierde incluso entre el 3% y el 5% del peso inicial. La cirugía de pérdida de peso también es una opción para quienes necesitan perder mucho peso.

Por Sofía Salome

Hola mundo, soy Sofía Salomé copywriter de Damboats.es