San francisco wikipedia

Desde los primeros días de la Fiebre del Oro, pasando por el movimiento hippie, hasta los inicios de la disrupción masiva actual, San Francisco es la tierra de los pioneros. Hay algo en esa enigmática niebla y en esos interminables panoramas de océano y verdes colinas, que sigue atrayendo a soñadores y radicales. SF (nunca ‘San Fran’) siempre está cambiando la forma de pensar del mundo, ya sea sobre los derechos de los homosexuales, la economía colaborativa o la dieta ‘locavore’.

A pesar de ser una ciudad diminuta -sólo siete millas por siete millas- su influencia es tan amplia como diversa es su atractivo. En 24 horas, puedes recorrer un sendero costero con los multimillonarios de Silicon Valley, regatear en las calles con farolillos de Chinatown y comer tacos baratos en el distrito de la Misión, con sabor latino, donde las palmeras se mecen frente a los palacios de cine Art Decó. Si a esto le añadimos un exceso de puntos de referencia -el puente Golden Gate, la isla de Alcatraz, los teleféricos, Lombard Street-, tenemos un sólido argumento para afirmar que ésta no es sólo la ciudad más bonita de Estados Unidos. Es simplemente la mejor.

Las calaveras estranguladas por la selva y un bar trasero construido a partir del fuselaje de un viejo avión son los pioneros en dar un giro más oscuro al tiki en la nueva cervecería de Duboce Triangle, Last Rites (718 14th St.). Las vibraciones caníbales coinciden con los mordaces giros del libro de jugadas tiki, con ingredientes como el jarabe de cerveza de curry o el licor de chile verde.

Museo de san francisco o

Desde los primeros días de la Fiebre del Oro, pasando por el movimiento hippie, hasta los inicios de la disrupción masiva actual, San Francisco es la tierra de los pioneros. Hay algo en esa enigmática niebla y en esos interminables panoramas de océano y verdes colinas, que sigue atrayendo a soñadores y radicales. SF (nunca “San Fran”) siempre está cambiando la forma de pensar del mundo, ya sea sobre los derechos de los homosexuales, la economía colaborativa o la dieta “locavore”.

A pesar de ser una ciudad diminuta -sólo siete millas por siete millas- su influencia es tan amplia como diversa es su atractivo. En 24 horas, se puede recorrer un sendero costero con los multimillonarios de Silicon Valley, regatear en las calles con farolillos de Chinatown y comer tacos baratos en el distrito de la Misión, con sabor latino, donde las palmeras se mecen frente a los palacios del cine Art Decó. Si a esto le añadimos un exceso de puntos de referencia -el puente Golden Gate, la isla de Alcatraz, los teleféricos, Lombard Street-, tenemos un sólido argumento para afirmar que ésta no es sólo la ciudad más bonita de Estados Unidos. Es simplemente la mejor.

Las calaveras estranguladas por la selva y un bar trasero construido a partir del fuselaje de un viejo avión son los pioneros en dar un giro más oscuro al tiki en la nueva cervecería de Duboce Triangle, Last Rites (718 14th St.). Las vibraciones caníbales coinciden con los mordaces giros del libro de jugadas tiki, con ingredientes como el jarabe de cerveza de curry o el licor de chile verde.

Más

Conocida por sus raíces contraculturales, su ecléctica escena musical, sus empresas tecnológicas emergentes, el auge de la inmigración y sus pintorescas vistas, San Francisco es una ciudad apasionante para visitar. Aquí encontrarás hippies, estudiantes universitarios, gigantes de la tecnología, artistas, enclaves de inmigrantes y todo lo demás. Siempre me sorprende la diversidad de la ciudad.

Para mí, visitar San Francisco es todo lo que tiene que ver con el aire libre y la comida. Se viene aquí a cenar una de las mejores comidas asiáticas del país, a relajarse en un café chill y a salir a los parques a pasar el día.

Aunque es una de las ciudades más caras de Estados Unidos, hay muchas maneras de visitarla con un presupuesto reducido (incluso yo, que estoy acostumbrado a vivir en Nueva York, me quedo con la boca abierta cuando la visito).

Esta es una antigua prisión federal en la isla de Alcatraz. Haz un recorrido para conocer el pasado de la isla y sus famosos reclusos (incluido el mafioso Al Capone). Asegúrese de reservar el ferry con antelación, ya que se llena rápidamente. Los billetes para las visitas diurnas cuestan 41 dólares, las nocturnas 48 dólares y las que se realizan entre bastidores 90 dólares.

Legión de honor

Los buenos tiempos y las revoluciones sociales tienden a empezar aquí, desde la fiebre del oro hasta las dichosas fiestas hippies. Si hay un movimiento de monopatín que aún no se ha hecho, una tecnología que aún no se ha imaginado, un poema que no se ha dicho o un plan ecológico que no se ha probado, lo más probable es que esté a punto de ocurrir aquí. Sí, ahora mismo. Esta ciudad lo ha perdido casi todo en terremotos y apuestas de las puntocom, pero nunca su nervio.

En esta ciudad, que cuenta con el mayor número de restaurantes y mercados agrícolas per cápita de Norteamérica, se necesitan todas las tecnologías disponibles inventadas en la zona de la bahía para tomar decisiones sobre la cena, todas ellas suministradas por granjas orgánicas locales pioneras. San Francisco estableció el estándar de oro de los salones del Salvaje Oeste, hasta que la bebida fue llevada a la clandestinidad en la década de 1920 con la Prohibición. Hoy en día, San Francisco celebra sus históricos salones y bares clandestinos, y con la región vinícola y los destiladores locales que proporcionan un suministro constante del mejor licor de Estados Unidos, el Oeste sigue siendo salvaje cada noche.

San Francisco es una península de 7 por 7 millas que parece el pulgar de California, apuntando con optimismo hacia arriba. Tome esto como una pista para mirar hacia arriba: notará los tejados victorianos torcidos de San Francisco, las copas de los árboles esculpidas por el viento y la niebla que cae sobre el puente Golden Gate.

Por Sofía Salome

Hola mundo, soy Sofía Salomé copywriter de Damboats.es