Alimentos malos para el hígado

Aquí están diez de los mejores alimentos para curar y limpiar el hígado que puedes añadir a tu dieta, incluyendo algunos que pueden ayudar a reparar el daño hepático causado por el alcohol. Café. Foto de Devin Avery en Unsplash. Verduras crucíferas. Pescado graso. Remolacha. Avena y cereales. Soja. Cúrcuma. Cítricos.

Esto se debe a que el azúcar presente en las frutas, conocido como fructosa, puede causar cantidades anormales de grasa en la sangre cuando se consume en grandes cantidades. Los plátanos no son malos para el hígado, pero trate de limitarlos a 1 ó 2 al día y no más allá, ya que la fructosa que contienen puede provocar enfermedades del hígado graso.

¿Cómo se limpia el hígado? Limpia con mucha agua: El agua es el mejor agente limpiador. Haga ejercicio con regularidad: El ejercicio ayuda a quemar calorías adicionales que reducen el riesgo de diabetes, el exceso de peso, la presión arterial alta y la grasa en la sangre.

He aquí 13 maneras probadas y verdaderas de lograr el bienestar del hígado. Mantenga un peso saludable. Lleve una dieta equilibrada. Hacer ejercicio con regularidad. Evite las toxinas. Consumir alcohol de forma responsable. Evitar el consumo de drogas ilícitas. Evite las agujas contaminadas. Obtenga atención médica si se expone a la sangre.

La clara de huevo es buena para el hígado

Los alimentos con mucha fibra pueden ayudar a tu hígado a trabajar de forma óptima. ¿Quieres uno que sea una buena forma de empezar el día? Prueba la avena. Las investigaciones demuestran que puede ayudarte a eliminar algunos kilos de más y la grasa del vientre, lo que es una buena forma de mantener alejadas las enfermedades del hígado.

Las patatas fritas y las hamburguesas son una mala elección para mantener el hígado sano. Comer demasiados alimentos con alto contenido en grasas saturadas puede dificultar el trabajo del hígado. Con el tiempo, puede provocar una inflamación que, a su vez, podría causar una cicatrización del hígado que se conoce como cirrosis. Así que la próxima vez que estés en la cola del autoservicio, piensa en pedir una opción más saludable.

Añade muchas verduras a tu dieta si quieres mantener tu hígado sano. El brócoli puede formar parte de esta estrategia. Algunos estudios sugieren que este alimento crujiente puede ayudar a protegerte de la enfermedad del hígado graso no alcohólico. Si el brócoli al vapor te parece demasiado soso, haz una ensalada y mézclalo con almendras fileteadas, arándanos secos y una vinagreta ácida. También está delicioso asado con ajo y un chorrito de vinagre balsámico.

Hígado graso

Por lo tanto, si padece esta enfermedad, lo que come y bebe cada día es especialmente importante, sobre todo porque componentes como las proteínas, el sodio y el azúcar exigen que el hígado trabaje más, una demanda que puede no ser capaz de satisfacer.

El plan de alimentación para la cirrosis debe elaborarse con la ayuda de su médico y de otros miembros de su equipo sanitario, como un dietista titulado, para asegurarse de que se nutre adecuadamente y de que evita las opciones que pueden empeorar su estado y afectar a su salud.

El hígado tiene más de 500 funciones, lo que lo convierte en uno de los órganos más vitales. Si el hígado está dañado a causa de la cirrosis, no es capaz de realizar con eficacia una de sus tareas más importantes: ayudar al cuerpo a obtener la nutrición de los alimentos que ingiere.

Una dieta para la cirrosis puede ayudar a proporcionar una nutrición adecuada, reducir la cantidad de trabajo que el hígado tiene que hacer, frustrar las complicaciones relacionadas y prevenir un mayor daño hepático. Las investigaciones han demostrado que las personas con enfermedades hepáticas que no se nutren adecuadamente tienen más probabilidades de sufrir complicaciones de la cirrosis, incluida la muerte.

Los huevos son buenos para la cirrosis hepática

Los huevos son una fuente de proteínas de alto valor biológico porque nos aportan aminoácidos esenciales, que son aquellos que nuestro organismo no puede producir pero que son necesarios para la formación de nuestras proteínas. También contienen grasas beneficiosas para la salud (mono y poliinsaturadas), minerales (hierro, fósforo, magnesio,..) y vitaminas (B12, ácido fólico, vitamina D..). Además su aporte energético es bajo.

Muchos pacientes en nuestra clínica nos preguntan si pueden consumir huevos, ya que está muy extendida la creencia de que las personas con una enfermedad hepática no pueden comerlos e incluso que son perjudiciales en personas sanas. Esto no es cierto.

Seguramente, la mala fama de este alimento proviene de su alto contenido en colesterol. Se supone que la ingesta de una dieta alta en colesterol está asociada a niveles altos de colesterol en sangre. Sin embargo, muchos estudios científicos demuestran que el colesterol que tomamos en nuestra dieta influye poco o nada en los niveles de colesterol en la sangre.

El punto fundamental para controlar los valores de colesterol es reducir el consumo de grasas saturadas (presentes en carnes rojas, lácteos enteros…) y grasas trans (bollería, alimentos procesados). Teniendo en cuenta que en el huevo la cantidad de este tipo de grasas es muy baja y dado su alto contenido nutricional, se recomienda incluir los huevos en una dieta equilibrada (unos dos o tres por semana), cocinándolos de forma saludable (revueltos, cocidos, escalfados, ..) para evitar añadir calorías innecesarias (fritos).

Por Sofía Salome

Hola mundo, soy Sofía Salomé copywriter de Damboats.es