daño hepático de la vitamina b12

Sin embargo, la gran mayoría de los suplementos dietéticos y a base de hierbas (HDS) nunca se someten a pruebas formales de eficacia o seguridad porque su fabricación, producción y contenido no están estrechamente regulados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), dice el Dr. Robert Fontana, director médico de trasplantes de hígado de la Universidad de Michigan, y el Dr. Ammar Hassan, becario de hepatología de la U-M, quienes han explorado varios productos HDS de venta libre vinculados a lesiones hepáticas.

El número de productos de HDS disponibles en Estados Unidos sigue creciendo, y hay más de 80.000 productos comerciales a disposición de los consumidores, y casi el 50 por ciento de los adultos declaran consumir regularmente al menos un tipo de suplemento. Muchos efectos adversos están relacionados con el consumo de productos de HDS, incluida la hepatotoxicidad, o el daño hepático inducido químicamente, según la Drug-Induced Liver Injury Network.

Los AAS son derivados sintéticos de la testosterona. Algunas condiciones médicas requieren el uso de productos AAS, incluyendo el hipogonadismo masculino primario y el edema angioneurótico hereditario, pero los atletas utilizan muchos de estos esteroides sin supervisión médica por sus propiedades de mejora del rendimiento y de construcción muscular.

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Utilizando datos de un registro nacional, los investigadores descubrieron que los suplementos herbales y dietéticos estaban implicados en el 18% de los casos de lesiones hepáticas causadas o sospechosas de ser causadas por medicamentos o suplementos desde 2003 hasta 2011.

Los suplementos de culturismo y de pérdida de peso fueron, con mucho, los mayores infractores, vinculados al 34% y al 26% de los 93 casos estudiados, respectivamente, dice el investigador Víctor J. Navarro, MD, profesor de medicina, farmacología y terapéutica experimental en la Universidad Thomas Jefferson de Filadelfia.

Aun así, el estudio no pretende asustar a la gente, dice Navarro. Muchos suplementos son beneficiosos para la salud, dice, y enumera una larga lista que incluye suplementos de calcio y vitamina D y multivitaminas fabricadas por empresas de renombre.

Alrededor del 40% de los estadounidenses toman suplementos dietéticos y a base de hierbas, que no requieren receta médica y no están estrictamente regulados por la FDA. Sin embargo, falta información sólida sobre sus efectos secundarios, incluidas las toxicidades relacionadas con el hígado, dice Navarro.

Así que los investigadores recurrieron a la Red de Lesiones Hepáticas Inducidas por Medicamentos (DILIN), financiada por los Institutos Nacionales de Salud. Se trata de un registro nacional de personas que experimentan lesiones hepáticas en los seis meses siguientes al uso de determinados fármacos o productos y suplementos de medicina alternativa. La mayoría eran hombres, blancos y con sobrepeso.

¿tomar vitaminas es malo para los riñones?

Por lo que creía que me ayudaría a combatir el impacto del estrés, empecé a tomar suplementos y vitaminas como rábano picante y ajo, vitamina C y equinácea. Al poco tiempo, añadí semillas de uva, hierba de San Juan y aceite de pescado.

Los “preparados” que tomaba eran de venta libre, y en ningún momento imaginé que pudieran estar haciéndome daño. Creía que me mantenían sano y funcionando.

El domingo por la tarde me ingresaron en el hospital con sospecha de daños en el hígado. En una semana me trasladaron al hospital Royal Prince Alfred de Sydney y me dijeron que podría necesitar un trasplante de hígado.

Estas palabras fueron las últimas que recordé durante casi una semana. Durante ese tiempo estuve en coma con respiración asistida, y en un momento dado llamaron a mi familia para que se despidiera de mí, ya que no había un hígado donado.

Después del trasplante, hice cambios importantes en mi dieta y estilo de vida. Estos cambios incluían yoga, ejercicio y masajes para aliviar el estrés y la salud física en general. También hice cambios radicales en mi dieta.

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Shannon George, antigua redactora jefe de la revista especializada “Prime”, es licenciada en inglés por la Universidad Estatal de San Diego. Sus intereses en materia de salud incluyen la nutrición vegetariana, el entrenamiento con pesas, el yoga y el entrenamiento para carreras a pie. Más de este autor Nuestro proceso editorial

Shannon George, antigua redactora jefe de la revista especializada “Prime”, es licenciada en inglés por la Universidad Estatal de San Diego. Sus intereses en materia de salud incluyen la nutrición vegetariana, el entrenamiento con pesas, el yoga y el entrenamiento para carreras a pie. Más de este autor Nuestro proceso editorial

Al igual que ocurre con los medicamentos, tomar dosis elevadas de ciertas vitaminas puede suponer un estrés para el hígado e incluso provocar daños en él. Algunas vitaminas, como la B-3, son especialmente duras para el hígado, por lo que el médico puede recomendar la realización de pruebas periódicas de la función hepática durante la terapia vitamínica. Debido al riesgo de daño hepático y otros efectos secundarios perjudiciales, es importante obtener la aprobación de su médico antes de tomar suplementos vitamínicos.

Las vitaminas liposolubles, incluidas las vitaminas A, E, D y K, se almacenan en el hígado y en los tejidos grasos del organismo. Dado que las cantidades excesivas de estas vitaminas no se eliminan rápidamente del organismo como ocurre con las vitaminas hidrosolubles, como la vitamina C, las vitaminas liposolubles pueden acumularse en el hígado y causar problemas de salud si se consumen en exceso. Según la Universidad Estatal de Colorado, el consumo excesivo de vitamina A puede provocar el agrandamiento del hígado y las dosis elevadas de vitaminas K y D pueden causar daños y toxicidad en el hígado.

Por Sofía Salome

Hola mundo, soy Sofía Salomé copywriter de Damboats.es