Países de la sociedad colectiva

El colectivismo es un valor que se caracteriza por el énfasis en la cohesión entre los individuos y la priorización del grupo sobre el yo. Los individuos o grupos que se adhieren a una visión del mundo colectivista tienden a encontrar valores y objetivos comunes como algo particularmente destacado[1] y demuestran una mayor orientación hacia el in-grupo que hacia el out-grupo[2] El término “in-grupo” se cree que se define de forma más difusa para los individuos colectivistas para incluir unidades sociales que van desde la familia nuclear hasta un grupo religioso o racial/étnico[3][4].

Max Weber (1930) contrastó el colectivismo y el individualismo a través de la lente de la religión, creyendo que los protestantes eran más individualistas y autosuficientes en comparación con los católicos, que apoyaban las relaciones jerárquicas e interdependientes entre las personas[7] Geert Hofstede (1980) tuvo una gran influencia en el inicio de una era de investigación transcultural que hacía comparaciones a lo largo de la dimensión del colectivismo frente al individualismo. Hofstede conceptualizó el colectivismo y el individualismo como parte de un único continuo, en el que cada constructo cultural representaba un polo opuesto. El autor caracterizó a los individuos que respaldaban un alto grado de colectivismo como personas integradas en sus contextos sociales y que priorizaban los objetivos comunitarios sobre los individuales[8].

Definición de sociedad colectiva

La cultura es un factor enorme que influye en la forma de pensar, comportarse e interactuar de las personas, entre otras cosas. Hay muchas formas de clasificar las sociedades en función de sus similitudes y/o diferencias. Una forma de ver las sociedades es cómo interactúan entre sí, sus tendencias sociales y de comportamiento, y éstas pueden situar a las sociedades en una categoría de sociedad individualista o colectivista. Estas tendencias repercutirán en muchas cosas en las diferentes culturas, incluida la industria minorista. Por supuesto, estas tendencias diferirán de un país a otro, incluso si ambos son sociedades individualistas o colectivistas, pero los puntos de vista y comportamientos básicos seguirán siendo los mismos.

Sociedad colectiva japonesa

Las culturas colectivistas hacen hincapié en las necesidades y objetivos del grupo en su conjunto por encima de las necesidades y deseos de cada individuo. En estas culturas, las relaciones con los demás miembros del grupo y la interconexión entre las personas desempeñan un papel central en la identidad de cada persona.

En las culturas colectivistas, las personas se consideran “buenas” si son generosas, serviciales, fiables y están atentas a las necesidades de los demás. Esto contrasta con las culturas individualistas, que suelen dar más importancia a características como la asertividad y la independencia.

Las culturas colectivistas suelen contrastar con las individualistas. El colectivismo subraya la importancia de la comunidad, mientras que el individualismo se centra en los derechos y preocupaciones de cada persona. Mientras que la unidad y el desinterés son rasgos valorados en las culturas colectivistas, la independencia y la identidad personal se promueven en las culturas individualistas.

Estas diferencias culturales son omnipresentes y pueden influir en muchos aspectos del funcionamiento de la sociedad. La forma en que la gente compra, se viste, aprende y hace negocios puede verse influida por el hecho de pertenecer a una cultura colectivista o individualista.

Sinónimo de sociedad colectiva

Esta dimensión aborda el hecho de que todos los individuos de las sociedades no son iguales: expresa la actitud de la cultura hacia estas desigualdades entre nosotros. La distancia de poder se define como la medida en que los miembros menos poderosos de las instituciones y organizaciones de un país esperan y aceptan que el poder se distribuya de forma desigual.

Con una puntuación intermedia de 54, Japón es una sociedad casi jerárquica. Sí, los japoneses son siempre conscientes de su posición jerárquica en cualquier entorno social y actúan en consecuencia. Sin embargo, no es tan jerárquico como la mayoría de las otras culturas asiáticas. Algunos extranjeros consideran que Japón es extremadamente jerárquico debido a su experiencia empresarial de un proceso de toma de decisiones minuciosamente lento: todas las decisiones deben ser confirmadas por cada nivel jerárquico y, finalmente, por la alta dirección en Tokio. Paradójicamente, el ejemplo exacto de su lento proceso de toma de decisiones demuestra que en la sociedad japonesa no existe un máximo responsable que pueda tomar decisiones como en las sociedades más jerárquicas. Otro ejemplo de que la distancia de poder no es tan alta es que Japón siempre ha sido una sociedad meritocrática. En el sistema educativo japonés existe la idea de que todo el mundo nace igual y cualquiera puede salir adelante y llegar a ser cualquier cosa si (sí, sigue siendo él) trabaja lo suficientemente duro.

Por Sofía Salome

Hola mundo, soy Sofía Salomé copywriter de Damboats.es