Mi perro ha sobrevivido a un linfoma

El linfoma es la proliferación anormal de linfocitos, uno de los principales tipos de glóbulos blancos que participan en la inmunidad.  El linfoma suele surgir en los tejidos linfoides, como los ganglios linfáticos, el bazo y la médula ósea. Sin embargo, el linfoma puede surgir en cualquier tejido del cuerpo.

La mayoría de los perros con ganglios linfáticos agrandados tienen un linfoma. Desgraciadamente, una causa inflamatoria o infecciosa es rara, incluso en perros con la piel extremadamente irritada. La mayoría de los linfomas son de alto grado y rápidamente progresivos. Si no se tratan, la mayoría de los perros alcanzan el estado terminal uno o dos meses después de la presentación. Sin embargo, con la quimioterapia, la mayoría de los perros logran una remisión completa (es decir, la desaparición de todos los signos del cáncer) y tienen una excelente calidad de vida. Alrededor del 10% de los perros se curan definitivamente con la quimioterapia combinada.

El diagnóstico suele confirmarse con la toma de muestras del órgano y los ganglios linfáticos afectados mediante citología (muestras de aspirado con aguja fina) o biopsia (muestra de tejido). A menudo se recomiendan pruebas adicionales con inmunofenotipos de células B y T para determinar si su perro tiene un linfoma de células B o T.

Esperanza de vida de un perro con linfoma con prednisona

Se desarrolla a partir de células específicas del sistema inmunitario, llamadas linfocitos, que circulan por la sangre. Por ello, el linfoma suele considerarse una enfermedad sistémica (en lugar de local) y debe tratarse con una terapia sistémica.

El linfoma puede afectar a muchos órganos diferentes. En más de la mitad de los perros con este diagnóstico, el linfoma estará presente en los ganglios linfáticos periféricos. Con menor frecuencia, se producirá en la cavidad torácica, los intestinos, la piel u otros órganos.

Los síntomas varían en función del órgano afectado. Para la mayoría de los perros, el linfoma no es un cáncer doloroso. De hecho, muchos perros con linfoma son llevados al veterinario porque el propietario siente bultos bajo la piel en la zona de los ganglios linfáticos (bajo la barbilla, delante de los hombros o detrás de las rodillas).

Algunos perros presentan otros signos inespecíficos, como disminución del apetito, vómitos o un nivel de actividad bajo. Los perros con linfoma intestinal suelen presentar vómitos y/o diarrea y pérdida de peso.

El linfoma en la cavidad torácica puede causar tos o intolerancia al ejercicio, y el linfoma de la piel puede presentarse como nódulos únicos o múltiples. Algunos perros con linfoma presentan un aumento de la sed y de la micción debido a un nivel elevado de calcio en la sangre.

Síntomas de las fases finales del linfoma canino

El linfoma canino (también llamado linfosarcoma) es un cáncer común en los perros. El linfoma es un cáncer de linfocitos, que son glóbulos blancos que desempeñan un papel en la respuesta inmunitaria del organismo en la lucha contra los gérmenes y las enfermedades.

El linfoma canino (también llamado linfosarcoma o LSA) es uno de los cánceres más comunes de los perros, y representa aproximadamente entre el 7% y el 24% de todos los cánceres caninos. El linfoma es un cáncer de los glóbulos blancos (el sistema inmunitario) llamados linfocitos que puede afectar a cualquier parte del cuerpo. Aunque suele afectar a los perros de mediana y avanzada edad, puede darse en cualquier perro de edad, así como en cualquier raza.

Aunque no se sabe cuál es la causa del linfoma, se produce cuando hay un cambio dentro de la célula linfocítica que hace que se vuelva destructiva y capaz de reproducirse sin límites, e incluso de invadir otros tejidos. Algunos factores que pueden contribuir al desarrollo del linfoma son:

Aunque los linfocitos son un tipo específico de célula dentro de la sangre, el linfoma no se limita a la sangre y suele considerarse una enfermedad sistémica. Puede originarse en los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado, la médula ósea, el timo, el tracto gastrointestinal, la piel, el hígado, los pulmones y prácticamente cualquier lugar del cuerpo. Saber qué partes del cuerpo están afectadas es el primer paso para clasificar el linfoma. El escenario más común en los perros con linfoma es una presentación multicéntrica; lo que significa que las células cancerosas están afectando a múltiples localizaciones. Cuando la médula ósea o la sangre periférica están afectadas, se denomina leucemia. El examen microscópico realizado por un patólogo veterinario puede clasificar aún más el linfoma como de grado bajo, intermedio o alto.

He curado a mi perro de un linfoma

Escuchar del veterinario que tu perro ha sido diagnosticado con linfoma puede ser aterrador. Ningún padre de perro quiere oír que su cachorro tiene cáncer. Sin embargo, no se pierde toda la esperanza, ya que el linfoma es uno de los tipos de cáncer más curables en los perros. Aprenda todo sobre esta enfermedad, cómo vigilarla y qué hacer cuando su perro empiece a mostrar signos.

El linfoma es uno de los cánceres más comunes en los perros, y representa hasta una cuarta parte de todos los cánceres caninos. Se presenta en cuatro formas, pero hasta el 85% de todos los linfomas en perros son la forma multicéntrica (dos o más tumores separados) con ganglios linfáticos agrandados en todo el cuerpo de su perro.

El linfoma es un cáncer de los linfocitos, que forman parte del sistema inmunitario del perro. Hay versiones de células B y de células T. Los linfocitos B fabrican anticuerpos para responder a las infecciones, mientras que los linfocitos T también se conocen como “células asesinas” para destruir a los invasores extraños. En general, los perros con linfoma de células B tienen un mejor pronóstico.

En el caso del linfoma multicéntrico, el primer signo que suelen notar las familias es el aumento de tamaño de los ganglios linfáticos. Estos pueden estar debajo de la mandíbula, delante de los hombros o detrás de las rodillas en las patas traseras. Estas hinchazones pueden ser del tamaño de una pelota de golf y se sienten firmes, pero no duras como una roca. Tampoco son dolorosos, por lo que es posible que no observe signos de enfermedad en su perro hasta que palpe esos ganglios linfáticos agrandados. Los ganglios linfáticos pueden hincharse a causa de una infección o de un cáncer, por lo que es importante que el veterinario compruebe cualquier hinchazón para determinar la causa.

Por Sofía Salome

Hola mundo, soy Sofía Salomé copywriter de Damboats.es