pasta al pesto

Siempre tengo albahaca de sobra a mano, así que me encuentro haciendo pesto todas las semanas. ¡Es una de las cosas más fáciles de hacer – con la ayuda de un procesador de alimentos – y requiere tan pocos ingredientes! Además, tener un tarro de pesto en la nevera siempre es un salvavidas para esas noches de semana tan ocupadas. Todo lo que tienes que hacer es cocinar un poco de pasta, untar el pesto y espolvorear un poco de parmesano. Y listo.

Si estás acostumbrado al pesto comprado, créeme cuando te digo que esta versión casera te cambiará la vida. Es mucho más vibrante y fresco, y puedes controlar exactamente lo líquida o espesa que quieres que sea tu pesto. Sólo asegúrese de añadir más aceite de oliva hasta alcanzar la consistencia deseada.

También debo decirte que es mejor hacerlo con un procesador de alimentos, no con una batidora. He probado a utilizar la batidora y la consistencia no es la misma. Y sé que los piñones (también llamados pignolias) pueden ser un poco caros, pero una pequeña bolsa de 8 onzas de piñones te durará toda la vida. ¡Y te da una excusa para hacer más pesto para la próxima vez!

pesto de anacardos

Una de mis cosas favoritas del verano es la abundancia de hierbas frescas que hay justo en la puerta de mi casa. Las hierbas frescas hacen que cualquier comida sea instantáneamente más sabrosa y hermosa. Lo que más me gusta hacer con todas esas hierbas frescas (aparte de espolvorearlas sobre todo) es hacer pesto. Es especialmente bueno para cocinar en verano. Me gusta ponerlo en las verduras asadas, la pasta, los espaguetis, las ensaladas, los huevos, el pan tostado, la pizza, los sándwiches… ya entiendes la idea. Con sólo unos pocos pasos, convierte cualquier cosa en una sabrosa comida instantánea, tanto si te apetece cocinar como si no.

Así es. Es realmente sencillo de hacer, y es fácil de variar según la temporada o tu estado de ánimo. Se conserva unos días en un recipiente hermético en la nevera, aunque su superficie puede empezar a ponerse marrón. Por ello, es mejor cubrir el pesto con una fina capa de plástico antes de cerrar el recipiente. Así se mantendrá fresco y verde.

La opción más obvia es mezclar el pesto con la pasta, pero las opciones no acaban ahí. Añádelo a una ensalada de quinoa o a una ensalada Caprese, ponlo en un bol de cereales, añádelo a unos espaguetis o a unos macarrones con queso, o incorpóralo a este delicioso plato de calabacín al horno.

ingrediente del pesto

Cuando lo hice por primera vez, pensé que el sabor de la menta me daría en la cara. Pero en realidad, combinado aquí con el perejil, tiene una sutil frescura que lo hace versátil. Los pequeños trozos de almendras picadas también le dan textura.

Otra cualidad atractiva de este pesto es su color verde brillante. Para mantenerlo brillante durante unos días, escaldar la menta y el perejil brevemente en agua hirviendo, y luego ponerlos en un baño de agua helada. El agua hirviendo mata las enzimas de oscurecimiento que rápidamente hacen que las hojas -y el pesto resultante- adquieran un color oliva apagado.

Una pequeña cantidad del sabor se pierde en el proceso, pero esto es también lo que hace que la menta sea suave en lugar de abrumadora. Además, comemos con los ojos, así que voto por el escaldado. También puedes utilizar este método para el pesto de albahaca o cualquier otra hierba verde que utilices en el pesto.

Mi primera opción para hacer este pesto es un procesador de alimentos. Es un trabajo fácil y lo hace todo rápidamente. Si no tienes un robot de cocina, no está todo perdido. Puedes hacer el pesto en una batidora, pero requiere un poco más de trabajo.

receta de pesto

Una de las cosas que más me gustan del verano es la abundancia de hierbas frescas que hay en la puerta de mi casa. Las hierbas frescas hacen que cualquier comida sea instantáneamente más sabrosa y hermosa. Lo que más me gusta hacer con todas esas hierbas frescas (aparte de espolvorearlas sobre todo) es hacer pesto. Es especialmente bueno para cocinar en verano. Me gusta ponerlo en las verduras asadas, en la pasta, en los espaguetis, en las ensaladas, en los huevos, en el pan tostado, en la pizza, en los sándwiches… ya te haces una idea. Con sólo unos pocos pasos, convierte cualquier cosa en una sabrosa comida instantánea, tanto si te apetece cocinar como si no.

El pesto tradicional es una mezcla de albahaca fresca, ajo, piñones, aceite de oliva virgen extra y queso parmesano. Con un procesador de alimentos, se prepara en pocos pasos:

¡Eso es todo! Es realmente sencillo de hacer, y es fácil de variar según la temporada o tu estado de ánimo. Se conserva unos días en un recipiente hermético en la nevera, aunque su superficie puede empezar a dorarse. Por ello, es mejor cubrir el pesto con una fina capa de plástico antes de cerrar el recipiente. Así se mantendrá fresco y verde.

Por Sofía Salome

Hola mundo, soy Sofía Salomé copywriter de Damboats.es