Mantequilla de hígado graso

En un organismo sano, el hígado elimina las toxinas y produce bilis, una proteína que descompone las grasas en ácidos grasos para que puedan ser digeridos. La enfermedad del hígado graso daña el hígado e impide que funcione tan bien como debería, pero los cambios en el estilo de vida pueden evitar que empeore.

La cantidad de peso que debe perder para tratar la NAFLD dependerá de la cantidad de exceso de grasa corporal que tenga. Su equipo médico puede ayudarle a decidir un objetivo de pérdida de peso adecuado en función de su estado de salud general. Una dieta rica en nutrientes, basada en alimentos integrales y rica en fibra, proteínas y grasas insaturadas

descubrió que el consumo de espinacas reducía específicamente el riesgo de NAFLD, posiblemente debido a los nitratos y a los distintos polifenoles que se encuentran en esta hoja verde. Curiosamente, el estudio se centró en las espinacas crudas, ya que las cocidas no obtuvieron los mismos resultados. Esto podría deberse a que la cocción de las espinacas (y de otras verduras de hoja verde) puede provocar una disminución del contenido polifenólico y de la actividad antioxidante.

de la dieta y las enfermedades hepáticas señala que las legumbres, como las lentejas, los garbanzos, la soja y los guisantes, no sólo son alimentos densos desde el punto de vista nutricional, sino que también contienen almidones resistentes que ayudan a mejorar la salud intestinal. El consumo de legumbres puede incluso ayudar a reducir la glucosa y los triglicéridos en sangre en individuos que viven con obesidad. Además, un estudio de 2019 descubrió que las dietas ricas en legumbres ayudaban específicamente a reducir la probabilidad de padecer NFALD.

Hígado graso no alcohólico

La enfermedad hepática puede afectar a la absorción de los alimentos y a la producción de proteínas y vitaminas. Por lo tanto, su dieta puede influir en su peso, en su apetito y en las cantidades de vitaminas de su organismo. NO limite demasiado las proteínas, ya que puede provocar una falta de ciertos aminoácidos.

Asociación Europea para el Estudio del Hígado. Guías de práctica clínica de la EASL sobre nutrición en la enfermedad hepática crónica. J Hepatol. 2019:70(1):172-193. PMID: 30144956 www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/30144956.

Hogenauer C, Hammer HF. Maldigestión y malabsorción. En: Feldman M, Friedman LS, Brandt LJ, eds. Sleisenger and Fordtran’s Gastrointestinal and Liver Disease. 10th ed. Philadelphia, PA: Elsevier Saunders; 2016:cap 104.

Actualizado por: Michael M. Phillips, MD, Profesor Clínico de Medicina, Escuela de Medicina de la Universidad George Washington, Washington, DC. También revisado por David Zieve, MD, MHA, Director Médico, Brenda Conaway, Directora Editorial, y el equipo editorial de A.D.A.M.

Bueno para el hígado

Las proteínas normalmente ayudan al cuerpo a reparar los tejidos. En las personas con el hígado muy dañado, las proteínas no se procesan correctamente. Los productos de desecho pueden acumularse y afectar al cerebro. Los cambios en la dieta para la enfermedad hepática pueden implicar:Efectos secundarios

La enfermedad hepática puede afectar a la absorción de los alimentos y a la producción de proteínas y vitaminas. Por lo tanto, la dieta puede influir en el peso, el apetito y las cantidades de vitaminas en el cuerpo. NO limite demasiado las proteínas, ya que puede provocar una falta de ciertos aminoácidos.Recomendaciones

Los cambios que deberá hacer dependerán del funcionamiento de su hígado. Hable con su proveedor sobre el tipo de dieta que es mejor para usted para que obtenga la cantidad correcta de nutrición.Las recomendaciones generales para las personas con enfermedad hepática grave incluyen:MENÚ DE MUESTRA Desayuno Merienda de media mañanaAlmuerzo Merienda de media tardeCena Merienda de noche La mayoría de las veces, no tiene que evitar alimentos específicos.Hable con su proveedor si tiene preguntas sobre su dieta o síntomas.Imágenes

Tratamiento de la cirrosis hepática

Por lo tanto, si padece esta enfermedad, lo que come y bebe cada día es especialmente importante, sobre todo porque los componentes como las proteínas, el sodio y el azúcar obligan a su hígado a trabajar más, una demanda que quizá ya no pueda satisfacer.

Un plan de dieta para la cirrosis debe elaborarse con la ayuda de su médico y otros miembros de su equipo sanitario, como un dietista titulado, para asegurarse de que se nutre adecuadamente y de que evita las opciones que pueden empeorar su estado y afectar a su salud.

El hígado tiene más de 500 funciones, lo que lo convierte en uno de los órganos más vitales. Si el hígado está dañado a causa de la cirrosis, no es capaz de realizar con eficacia una de sus tareas más importantes: ayudar al cuerpo a obtener la nutrición de los alimentos que ingiere.

Una dieta para la cirrosis puede ayudar a proporcionar una nutrición adecuada, reducir la cantidad de trabajo que el hígado tiene que hacer, frustrar las complicaciones relacionadas y prevenir un mayor daño hepático. Las investigaciones han demostrado que las personas con enfermedades hepáticas que no se nutren adecuadamente tienen más probabilidades de sufrir complicaciones de la cirrosis, incluida la muerte.

Por Sofía Salome

Hola mundo, soy Sofía Salomé copywriter de Damboats.es