Tarta de queso al horno philadelphia

Siempre es bueno tener a mano una receta de postre sencilla, versátil y agradable para el público. La tarta de queso es ideal para tenerla a mano porque se congela bien y combina de maravilla con muchas salsas diferentes. Y lo que es aún mejor, puedes hornear tus tartas de queso perfectamente cada vez con un control de temperatura adecuado. Tenemos los consejos térmicos que necesitas para conseguir la mejor tarta de queso casera.

Existen dos métodos de horneado diferentes que dan lugar a texturas muy distintas. ¿Qué método debe elegir? Depende de si quiere una tarta de queso tradicional, cremosa y suave como la seda, o una contemporánea con una textura más sustanciosa. O bien, ¡haga una de cada una! Siga leyendo para saber cuál se adapta mejor a sus preferencias.

El queso crema frío es firme y creará una masa grumosa. Si la masa tiene grumos, la tarta de queso terminada no será suave, sino arenosa. El queso crema ablandado y a temperatura ambiente se mezcla fácilmente con los demás ingredientes.

Los huevos y otros ingredientes también deben estar a temperatura ambiente. Si se añaden a la masa en frío, el queso crema se enfriará, lo que hará que se solidifique y que la masa quede llena de grumos, aunque haya empezado completamente suave.

Tarta de queso al horno uk

Esta clásica tarta de queso al horno es rica y cremosa, pero a la vez ligera, y dulce sin serlo en exceso.  Un par de pequeños pero importantes consejos hacen que esta sea una receta de tarta de queso fácil, ¡creo que te sorprenderá!

Creo que a algunas personas les parece desalentadora la idea de hacer tartas de queso, especialmente aquellas en las que la corteza de galleta sube por el lateral como esta.  ¿Pero sabes qué? En mi humilde opinión, la tarta de queso es más fácil de hacer que los pasteles.

No tienes que preocuparte de que el pastel suba, o más triste aún es cuando se hunde en el centro mientras se enfría (¡qué decepción después de pensar que lo has clavado!). Y, sin duda, es más fácil que hacer pasteles.

El riesgo de fracaso con las tartas de queso horneadas es menor. No hay un agente expansivo ni una gelatina que lo fije. Si la superficie se agrieta (¡pero no debería, con mis consejos!), basta con esconderla bajo el azúcar glas y/o un montón de bayas, o la corteza de galleta se agrieta un poco.

El espectro de las tartas de queso es muy amplio y esta versión es un clásico que se sitúa en el medio.  Por un lado, hay tartas de queso muy densas y cremosas que pesan una tonelada – como una tarta de queso de Nueva York que utiliza el doble de queso crema para el mismo tamaño de tarta de queso. Muchas tartas de queso sin hornear tienden a ser demasiado pesadas, a menos que se utilice gelatina como en esta tarta de queso con mango sin hornear.

Tarta de queso al horno de nueva york

MEZCLA DE LOS INGREDIENTES La forma de mezclar los ingredientes es crucial: si no se bate lo suficiente, la mezcla puede quedar llena de grumos, mientras que si se bate demasiado, puede entrar demasiado aire. Esto puede provocar una cocción desigual, burbujas y grietas.

MANTENGA TODO A TEMPERATURA AMBIENTE Mantenga todo a temperatura ambiente. Para evitar los grumos y asegurar una mezcla uniforme sin batir en exceso, es esencial que el queso blando esté a temperatura ambiente antes de empezar. Lo ideal es dejarlo a temperatura ambiente en su envase durante 2 horas. Si tiene poco tiempo, corte el queso blando en trozos y déjelo ablandar durante 1 hora. También ayuda tener una batidora de mesa con un motor potente. Pero si no tienes una, una batidora de mano funciona bien.

La mejor tarta de queso del mundo

Esta clásica tarta de queso al horno es rica y cremosa, pero a la vez ligera, y dulce sin serlo en exceso.  Un par de pequeños pero importantes consejos hacen que esta sea una receta de tarta de queso fácil – ¡creo que te sorprenderá!

Creo que a algunas personas les parece desalentadora la idea de hacer tartas de queso, especialmente aquellas en las que la corteza de galleta sube por el lateral como esta.  ¿Pero sabes qué? En mi humilde opinión, la tarta de queso es más fácil de hacer que los pasteles.

No tienes que preocuparte de que el pastel suba, o más triste aún es cuando se hunde en el centro mientras se enfría (¡qué decepción después de pensar que lo has clavado!). Y, sin duda, es más fácil que hacer pasteles.

El riesgo de fracaso con las tartas de queso horneadas es menor. No hay un agente expansivo ni una gelatina que lo fije. Si la superficie se agrieta (¡pero no debería, con mis consejos!), basta con esconderla bajo el azúcar glas y/o un montón de bayas, o la corteza de galleta se agrieta un poco.

El espectro de las tartas de queso es muy amplio y esta versión es un clásico que se sitúa en el medio.  Por un lado, hay tartas de queso muy densas y cremosas que pesan una tonelada – como una tarta de queso de Nueva York que utiliza el doble de queso crema para el mismo tamaño de tarta de queso. Muchas tartas de queso sin hornear tienden a ser demasiado pesadas, a menos que se utilice gelatina como en esta tarta de queso con mango sin hornear.

Por Sofía Salome

Hola mundo, soy Sofía Salomé copywriter de Damboats.es